Las infecciones del tracto urogenital afectan a más de 300 millones de mujeres al año en el mundo.
En muchos casos existe una recurrencia de los síntomas, especialmente durante el primer año posterior a la primera infección. Habitualmente las infecciones transcurren sin complicaciones importantes, dando cuadros de uretritis, cistitis y molestias vaginales que se resuelven con tratamiento antibiótico de 7 a 10 días de duración. Sin embargo, una proporción menor de pacientes sufren afectación del aparato urinario alto (riñones y aparato excretor) o afectación pelviana por una infección genital ascendente generada en la vagina constituyendo el cuadro denominado pelviperitonitis.
¿Cuál es la flora vaginal normal?
Los lactobacilos están presentes en el tracto urogenital de las mujeres. Tienen relación directa con el nivel de estrógenos existentes en cada etapa de la vida. En la niña pequeña y en la postmenopausia, existe un déficit de estrógenos por lo cual se vincula a un contenido bajo en glucógeno y bajo nivel de lactobacilos. Esta situación determina un campo propicio para la instalación de gérmenes patógenos. En cambio, desde la pubertad y hasta el climaterio, el tenor estrogénico llega a su máximo nivel y se encuentra mayor protección vaginal por la presencia de los lactobacilos. El predominio de los lactobacilos en el aparato urogenital de las personas sanas se relaciona con el efecto de protección que ejercen contra la invasión de las cavidades del cuerpo por parte de microorganismos patógenos.
¿Qué son los probióticos?
Se definen como un complemento alimenticio a base de microorganismos vivos y vitales que producen efectos beneficiosos sobre el organismo animal, mejorando el equilibrio intestinal. El hombre ha consumido desde hace muchos años productos fermentados para transformar materias primas perecederas en alimentos con buen gusto, estables, digestibles y con elevado valor nutricional (vino, cerveza, quesos). La flora intestinal constituye un complejo ecosistema en el cual muchas especies de bacterias viven en una relación simbiótica; pero para mantener el organismo sano es fundamental preservar este equilibrio bacteriano.
En condiciones de normalidad en el estado de salud, es aconsejable consumir alimentos llamados probióticos. Por ejemplo el yogurt, que tiene microorganismos capaces de integrarse a la flora del organismo proporcionando efectos beneficiosos. Cuando estamos frente a un desorden de la flora intestinal o urovaginal necesitamos una terapia más enérgica. En el mercado contamos hoy en día con probióticos en presentación cápsulas, que se pueden conseguir en las farmacias.
¿Cuáles son los factores que pueden alterar el equilibrio de la flora intestinal y/o del tracto genital inferior?
En primer lugar el estrés. Es uno de los factores que influye en la variación de la microflora digestiva, provocando una alteración de la fisiología general y, por lo tanto, también de la del aparato digestivo. Un hecho bien conocido por todos es que cualquier situación de estrés, independientemente de su naturaleza (emociones, cansancio psicofísico, etc.), produce un aumento de los movimientos peristálticos y de la secreción de ácido clorhídrico y de mucus a nivel del tracto digestivo. Otra situación frecuente es la administración de antibióticos, necesaria para el tratamiento de infecciones determinadas. Secundariamente también puede alterar el equilibrio de la flora urogenital y/o intestinal.
Existen estudios que comparan la microflora urogenital de mujeres en buenas condiciones de salud y de mujeres con infecciones urinarias o vaginales; se ha demostrado claramente que los episodios infecciosos se asocian a una disminución importante o desaparición de los lactobacilos endógenos.
Por lo tanto, los probióticos constituyen una importante herramienta:
•Para garantizar el equilibrio necesario a nivel de nuestra microflora endógena.
• Para fortalecer el sistema inmune.
• Para reforzar y restablecer la flora normal urogenital, luego de episodios reiterados de infecciones frecuentes en la mujer.
• Para mejorar las funciones anatomofisiológicas de nuestro organismo.
Prof. Agreg. Dra. Estela Conselo